Blog

HomeComunidadTipsREPARACIÓN DÉRMICA Y ENVEJECIMIENTO PREMATURO

REPARACIÓN DÉRMICA Y ENVEJECIMIENTO PREMATURO

Para saber cómo reafirmar la piel flácida, primero debemos conocer sus causas. La flacidez se produce cuando hay una falta de firmeza y volumen en la piel, dándole aspecto “caído”. Las dos causas más comunes de flacidez en la piel son el paso del tiempo y un estilo de vida poco sano. El estrés, malos hábitos de vida, el simple paso del tiempo o las quemaduras solares pueden dañar nuestra piel, dejándola visiblemente afectada y dañada.

La reparación dérmica consiste en devolver a la piel los signos que se han perdido a través de la edad y agresiones físicas, químicas o actínicas (ocurridas por las radiaciones), o al menos minimizar esos efectos, que se caracterizan por falta de luminosidad, aparición de arrugas o manchas, pérdida del tono o de firmeza de la piel, que se acentúan con la gravedad, y se hacen más evidentes en la cara, como aparición de papadas, bolsas debajo de los ojos, caída de los párpados o mejillas, la mandíbula, y las comisuras labiales apuntan hacia abajo en vez de hacia arriba, dando un aspecto más severo a la expresión facial. Otros lugares del cuerpo donde también se evidencia flaccidez son: cuello, bíceps, muslos e incluso abdomen, cambiando la silueta.

La reparación de la piel es necesaria cuando se empiezan a hacer evidentes estos signos, y depende cada persona y de su tipo de piel.

Entre los factores predisponentes, que ameritan una reparación cutánea están:

  1. Predisposición hereditaria
  2. Fototipos claros de piel
  3. Poco cuidado e higiene de la piel a través del tiempo
  4. Exposición prolongada o sostenida a la luz solar (radiaciones ultavioletas). Tenemos que tener en cuenta que cuanta más edad tenemos, más tiempo hemos pasado al sol, y ello contribuye sin lugar a dudas al fotoenvejecimiento cutáneo, es decir, de favorecer la aparición de arrugas, flacidez e incluso cáncer de piel debido a los cambios que la luz solar causa en la estructura celular.
  5. Exposición prolongada a agentes de polución, xenobióticos, o radicales libres que aunque no necesariamente son tóxicos por naturaleza, ejercen algún tipo de acción nociva en el organismo, en este caso, en la piel.
  6. Exceso de procedimientos de peeling o procedimientos con laser
  7. Patologías o enfermedades propias de la piel
  8. La alimentación tiene mucho que ver en el aspecto de la piel. Cuando comemos muchos alimentos procesados, azúcares y grasas, y no consumimos suficientes alimentos frescos y variados, se observan cambios a nivel celular en la piel. Las dietas agresivas también alteran el aspecto de la piel porque no le dan tiempo a adaptarse a la rápida pérdida de volumen corporal, causando flacidez.
  9. Consumo de tabaco ya que conlleva a la flacidez, por lo nocivo que resulta el humo de tabaco para la piel. Las pieles de los fumadores son menos firmes y más opacas que la de un no fumador. De igual manera el alcohol produce sus efectos nocivos.
  10. El sedentarismo y la falta de ejercicio. No será igual el aspecto de una piel que se apoya en un sistema muscular entrenado que el aspecto de una piel que no tiene un soporte firme. Por lo general, se observan pieles más tonificadas en personas que tienen un sistema muscular y cardiovascular en buen estado.

La firmeza y la elasticidad, son características de la piel, que se pierden más rápidamente que otras. Muchas veces suele pasar desapercibido, y cuando los signos se hacen notables, hay un daño más acentuado. De ahí la importancia de autoexaminarse su piel día a día. ¿Quién más que la propia persona que conoce su piel mejor que otras personas?

La elastina y el colágeno son elementos esenciales para la salud de la piel.

El colágeno y la elastina son dos proteínas que se encuentran en los tejidos de todo el cuerpo: son los encargados de unir los órganos, ligamentos y huesos, como en los que forman la dermis. Una de sus funciones principales es la de sostener la piel, manteniéndola firme y elástica.

A medida que pasan los años, la producción de colágeno y elastina disminuye provocando, junto con otros factores como la radiación solar y el estilo de vida, la pérdida de firmeza de la piel, un incremento de la flacidez y la aparición de signos de la edad. Para frenar esta disminución y mantener las reservas disponibles, lo aconsejable es adquirir buenos hábitos tanto de cuidado de la piel como de alimentación y estilo de vida.

¿Cómo se preserva la elasticidad de la piel?

Una rutina de limpieza e hidratación por dentro y por fuera que se pueda seguir todos los días, tanto de día como de noche, es clave para el cuidado de la piel.

Utilizar fotoprotector de manera continua permitirá prevenir una parte importante del daño celular que se traduce como flacidez.

La evaluación periódica por un dermatólogo quién de acuerdo a los factores de riesgo, tipo de piel y agresiones de la piel, sabrá indicar el tratamiento más adecuado. Las cremas o sueros con altas concentraciones de Vitamina C estable, aparte de de ser un potente antioxidante, estimulan los fibroblastos responsables de la producción de colágeno y elastina.

Los procedimientos de exfoliación como parte del cuidado, ayudan a aumentarla renovación celular y producción de ambas proteínas, preservando la salud de la piel.

Dieta saludable y equilibrada, los alimentos antioxidantes como tomates, zanahoria, brócoli, coliflor, hojas verdes y chocolate negro, entre otros combaten los radicales libres –moléculas altamente reactivas que dañan las células y que se encuentran dentro del organismo y, también, en el medioambiente. De esta manera estos alimentos contribuyen con la inhibición de la oxidación celular, protegiendo la producción de colágeno y elastina.

El practicar ejercicio con regularidad, bien sean aeróbicos o de resistencia, ayuda a la formación de tejidos, es decir, no solo ayudan a mantenerse en forma y es una efectiva manera de mantener unos niveles adecuados de elastina y colágeno.

Sin embargo, no podremos evitar el paso del tiempo, con lo que tendremos que utilizar estrategias para mejorar el aspecto de nuestra piel compensando el daño causado a medida que cumplimos años.

Para reafirmar la piel flácida se recomienda la aplicación de tratamiento tópico, como cremas y sueros, que mejore la hidratación y elementos que refuercen la protección antioxidante como la recuperación de la firmeza y elasticidad, como ácido hialurónico o retinol. La evaluación periódica por un dermatólogo quién de acuerdo a los factores de riesgo, tipo de piel y agresiones de la piel, sabrá indicar el tratamiento más adecuado. Las cremas o sueros con altas concentraciones de Vitamina C estable, aparte de ser un potente antioxidante, estimulan los fibroblastos responsables de la producción de colágeno y elastina.

En casos más severos, procedimientos no invasivos como laser, radiofrecuencia o ultrasonido, y en casos extremadamente severos, y el tratamiento quirúrgico.

Comentarios